Hogwarts Legacy es, sin exagerar, un auténtico caramelito para cualquier fan de Harry Potter. Desde el primer momento en que escuchas al sombrero seleccionador decirte a qué casa perteneces, te sientes dentro del universo que tantas veces has imaginado. Explorar Hogwarts, ir a clases, aprender hechizos, volar en escoba o lanzarte a un duelo de varitas tiene un puntazo que pocos juegos consiguen.

Y ojo, los detalles son brutales: los pasillos del castillo, la música, la iluminación, hasta la forma en que se mueven algunos personajes, hacen que de verdad sientas que estás viviendo tu propia aventura mágica. Además, poder personalizar a tu estudiante le da un toque de “esto es mío”, que mola un montón y hace que cada partida tenga un aire distinto.

La historia principal, siendo sinceros, no es nada de otro mundo. Es entretenida y se deja jugar, pero no esperes giros épicos ni una narrativa que te deje pensando días después. Aun así, funciona perfecto como excusa para explorar el mundo y probar todas las mecánicas que ofrece. Y hablando de tiempo de juego, está más que bien: la historia principal se puede completar en unas 25-30 horas, pero si te pones a cazar coleccionables y a hacer misiones secundarias, fácilmente te plantas en 60-70 horas o más. Para los que somos un poco completistas, esto es una maravilla.

Análisis del videojuego Hogwarts Legacy
Captura de pantalla de Hogwarts Legacy ©Portkey Games

Si miramos lo que dicen los críticos profesionales, muchas cosas coinciden con mi experiencia: destacan que el juego clava el universo de Harry Potter y que la libertad para explorar es brutal. Medios como GamesRadar+ y Push Square hablan de la magia de la ambientación, del nivel de detalle en Hogwarts y sus alrededores, y de lo divertido que es perderse por ahí. Eso sí, también apuntan problemas técnicos: caídas de frames, caras un poco rígidas, tiempos de carga largos… nada que rompa la experiencia, pero sí cosas que notas si eres muy tiquismiquis. La narrativa también recibe palos: algunos críticos dicen que la trama de la rebelión de los duendes es predecible y que nuestras decisiones no tienen un peso real en el juego.

Imagen del juego Hogwarts Legacy
Captura de pantalla de Hogwarts Legacy ©Portkey Games

En la comunidad, los jugadores coinciden con la mayoría de mis impresiones: todos alabamos lo inmersivo que es y lo bien que se siente estar dentro del mundo de Harry Potter. Pero también hay críticas válidas: el combate puede hacerse repetitivo, y la ausencia de un sistema de decisiones morales le quita algo de chispa y rejugabilidad. Aun así, para la mayoría esto no es un dealbreaker; la experiencia de recorrer Hogwarts, aprender hechizos y descubrir secretos sigue siendo lo que realmente importa.

En resumidas cuentas, Hogwarts Legacy no es un juego que reinvente el género, ni va a dejar huella por su historia, pero cumple con creces en lo que promete: meterte de lleno en el mundo mágico. Para los fans de Harry Potter es una pasada, y para los jugadores que disfrutan de los mundos abiertos, es un título sólido y lleno de cosas por hacer. Personalmente, me quedo con la sensación de estar viviendo mi propia aventura en Hogwarts. Todo lo demás, los bugs menores o la historia predecible, se queda en segundo plano frente a lo que importa: explorar, aprender magia y sentir que por unas horas eres un estudiante más del castillo más famoso del mundo.

Captura de pantalla de Hogwarts Legacy ©Portkey Games

Además, el juego ofrece momentos que simplemente te sacan una sonrisa, como descubrir secretos en pasillos ocultos, experimentar con hechizos raros o encontrarte con criaturas mágicas inesperadas. Esa sensación de descubrimiento constante, combinada con la libertad de moverte a tu ritmo y personalizar tu experiencia, hace que cada sesión de juego se sienta única y especial, como si realmente estuvieras viviendo tu propia historia dentro de Hogwarts, sin prisas y disfrutando cada detalle.