Borderlands 4
Desde que comencé a jugar a Borderlands 4, he sentido que estoy viviendo una de las experiencias más divertidas y completas que he tenido con un videojuego en los últimos años. La saga siempre ha sabido ofrecer un cóctel explosivo de humor, acción y toneladas de armas, pero esta vez Gearbox ha ido un paso más allá. Si bien no todo es perfecto, la sensación de diversión constante hace que cada minuto merezca la pena, y si eres fan de los looter shooters, o incluso si es la primera vez que te acercas a esta franquicia, te adelanto que este juego es prácticamente una compra obligada.
Lo primero que me atrapó fueron los nuevos buscacámaras. Como buen fan de la saga, para mí siempre ha sido fundamental que los personajes principales transmitan personalidad y estilo propio, y en Borderlands 4 esto está más que conseguido. Cada buscacámaras tiene habilidades únicas y árboles de personalización tan variados que inevitablemente quieres probarlos todos. No es exageración decir que las posibilidades de builds parecen infinitas. Esto no solo incentiva a experimentar, sino que también aumenta la rejugabilidad de forma bestial. Si a esto le sumamos las voces, los diálogos cargados de humor y las cinemáticas con ese toque tan característico de Borderlands, es imposible no encariñarse rápidamente con estos héroes caóticos.

Otra de las grandes sorpresas ha sido el nuevo mundo sin costuras. A diferencia de entregas anteriores, ahora las zonas están conectadas de manera mucho más fluida, lo que da una sensación de libertad increíble. Es cierto que no es un mundo abierto puro al estilo de otros juegos del género, pero poder moverte de un lugar a otro sin interrupciones se siente como un soplo de aire fresco para la franquicia. He pasado varios ratos simplemente explorando, subiéndome a un vehículo y recorriendo caminos que en otros juegos habrían estado bloqueados por pantallas de carga. En algunos momentos el mundo puede sentirse algo vacío, con menos densidad de enemigos de la que esperarías, pero la inmersión y la libertad terminan compensando con creces. Además, estas pausas también permiten apreciar más el arte y el diseño de escenarios, que son una auténtica delicia visual.


Si algo define a Borderlands son las armas, y aquí no se han quedado atrás. Miles de armas generadas procedimentalmente, cada una con su propio estilo, comportamiento y rareza. El nuevo sistema de partes licenciadas es un verdadero acierto: ahora puedes tener combinaciones que mezclan lo mejor de varios fabricantes, lo que abre un abanico de posibilidades aún más loco que antes. Esta variedad hace que cada combate sea distinto y que siempre tengas la sensación de estar descubriendo algo nuevo. Personalmente, nada me motiva más que enfrentarme a una horda de enemigos sabiendo que al final puede tocarme un arma única que cambie mi estilo de juego por completo. Esa expectativa constante de recompensa es adictiva, y es una de las razones por las que cuesta tanto dejar de jugar.
En cuanto a contenido, Borderlands 4 es generoso como pocos. La campaña principal es extensa, con misiones que logran mantener el interés gracias al humor y las sorpresas narrativas, pero lo que más me ha atrapado son las secundarias. Algunas de ellas son tan divertidas y creativas que parecen miniaventuras por sí solas. A eso súmale el cooperativo, que multiplica la diversión al compartir el caos con amigos, y tienes una fórmula que garantiza horas y horas de entretenimiento. Es cierto que se han reportado algunos problemas técnicos, sobre todo en PC, como caídas de rendimiento o pequeños bugs. En mi experiencia no ha sido algo que arruine la partida, pero sí conviene mencionarlo. Estoy convencido de que Gearbox lo irá puliendo con actualizaciones, como suele hacer.
En mi opinión, la respuesta a si vale la pena comprarlo es un rotundo sí. Borderlands 4 no solo mantiene la esencia que hizo grande a la saga, sino que también se atreve a innovar y ofrecer algo más. Tiene momentos en los que podría mejorar, pero lo que ofrece es tan sólido, divertido y variado que esas imperfecciones se vuelven casi anecdóticas. He jugado poco en comparación con lo que me queda por delante, y ya puedo decir que es de los mejores de la franquicia. Si buscas un juego que te garantice horas y horas de diversión, acción sin descanso, personajes memorables y un arsenal infinito de posibilidades, Borderlands 4 es una compra que no te vas a arrepentir de hacer. Y si vienes de entregas anteriores, prepárate, porque este capítulo eleva el listón de lo que significa ser un buscacámaras.
En definitiva, Borderlands 4 es caos, humor y libertad en estado puro. Un juego que invita a perderse en su universo y que recompensa cada minuto invertido. Yo ya estoy enganchado, y si lo pruebas, estoy seguro de que tú también lo estarás.